miércoles, 20 de octubre de 2010

Las dos iguales y diferentes

¿Sabéis que dos personas eran iguales pero distintas? Extraño ¿Verdad? Pero esto tiene una explicación. Y os la voy a contar.
Era un día tranquilo como los demás. Todos se saludaban, todos reían, estaba claro que era un día feliz. Aunque había alguien que no se divertía tanto como los demás, puesto que esta persona vivía en la calle. Su nombre era Laura. Para ella ninguno de los perfectos días que hacían allí le gustaba, pues era pobre y lo único que podía hacer era trabajar y daba pena, una niña de tan solo seis años tirada en la calle pidiendo limosna.
No solo para Laura eran todos los días odiosos. Porque en esa misma ciudad había otra niña que era igual que Laura pero también diferente. Su nombre era Paula y todos la envidiaban, era la más rica de aquella ciudad. Pero también daba pena con todo lo que ella se podría divertir se pasaba todo los días sin que sus padres le dejaran salir.
Un día Paula estaba paseando era uno de los pocos días que podía salir. A Laura le pasó igual era uno de los pocos días que no tenía que trabajar y allí se conocieron:
-¡Hola!- Dijeron las dos a la vez.
-¿Te puedo ayudar en algo?-Dijo Paula.
- No, gracias-Dijo Laura.
-¿Quién eres? Yo soy Paula y vivo en esa mansión.
-Yo soy Laura y vivo aquí.
-¿En la calle?
-Sí.
-¿Es duro?
-Sí.
Y las dos se miraron… aparte de su nombre parecido, eran casi idénticas excepto por una pequeña cuestión, la imagen física. Eran muy diferentes pero por dentro eran iguales. Cariñosas, creativas y con una alma que estaba deseando salir al exterior. Y así se hicieron amigas para siempre. Todos los días se veían, todos los días jugaban juntas. Y todo gracias a Paula, que les pidió a sus padres que adoptaran a Laura.
Todos estuvieron contentos porque ahora Laura y Paula vivían y jugaban felices para siempre como hermanastras.

María Bazaga Ropero. 5º de primaria.

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