miércoles, 20 de octubre de 2010

EL SOMBRERO MÁGICO

Erase una vez, en un país muy lejanos, había un niño que se llamaba Pablo, tenía 9 años, era un niño normal, con una familia normal, que iba a un colegio normal, pero tenía una cosa que no era normal, tenía un sombrero que era mágico.
Sus padres que se llamaban: María y Ricardo, le compraron el sombrero cuando cumplió los ocho años sin saber que era mágico. Pablo a el año y 4 meses de que le regalaran el sombrero se dio cuenta que había un cajoncito en el interior, y, por curiosidad lo abrió y salió un papel, Pablo lo abrió y se quedó boquiabierto, María lo vio y le dijo a Pablo:
-¿Que te pasa?
-Pablo dijo: ¡que, que, que aquí pone que este el sombrero que me regalasteis en mi cumple del año pasado es mágico!.
-¿Y tu, como lo sabes?
-Porque hoy me lo iba a poner y he visto que había un cajoncito en el interior del sombrero, al abrirlo he visto que había un papel, y al abrir el papel he visto que ponía: ``INSTRUCCIONES PARA USAR EL SOMBRERO MÁGICO´´.
La madre le dijo que siga leyendo y Pablo le hizo caso.
-1ª norma→ Poner el sombrero en la cabeza bien ajustado, Pablo se lo puso.
-2ª norma→ Coger la barita que había junto a las normas, Pablo la cogió.
-3ª norma→ Pensar en lo que quieres hacer
-4ª norma→ Decir: uno, dos, tres hallowabaré después de decir lo que quieres hacer.
Pablo se puso de acuerdo con su madre, la madre le dijo que lo podía utilizar solo para cosas buenas, y Pablo que era un niño muy bueno, le dijo que sin problemas.
Por la tarde empezó a llover y María tenía la ropa tendida y María estaba muy nerviosa porque ya se habían secado y no quería que se mojara otra vez, Pablo sin dudarlo se puso el sombrero en la cabeza, cogió la barita y dijo: ¡que la ropa tendida no se moje, uno, dos y tres hallowabaré. Al instante María se encontró toda la ropa que había tendido en sus manos, María le dio las gracia a Pablo. Ya era tarde así que cenaron y se acostaron.
Al día siguiente Pablo se guardó el sombrero y la barita en la mochila por si las moscas.
En el recreo le tocaba a cuarto fútbol, su curso. Juan su mejor amigo sin querer le dio muy fuerte al balón y se embarcó. Pablo se puso el sombrero en la cabeza, cogió la barita y dijo: que el balón vuelva a aquí, uno, dos y tres hallowabaré, el balón volvió y Juan le dio las gracias porque si no como el director del colegio, que se llamaba Antonio, era muy estricto se libró de un buen castigo.
Así acabo la historia de Pablo y su sombrero mágico, vivieron felices y comieron perdices.

PABLO DAZA. 5º

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