lunes, 18 de octubre de 2010

EL POBRE Y EL RICO

Había una vez, en pueblo llamado Cantilana, un hombre que era rico, se llamaba Paco.
Era muy presumido y todos los del pueblo se escondían de él para que no se chuleara. Un día Paco vio a Juan, un vecino del pueblo, y le dijo:
que tal Juan, ayer me compré otra tele de plasma para uno de mis ocho cuartos de baño, ¿y tu, que, sigues con la misma chatarra de hace cinco años o que? Y Juan se iba muy triste con la mirada para abajo sin decir nada.
Lucía, la mujer de Paco, cada día se enteraba de lo que le decía Paco a los demás vecinos y, como ella era rica, pero ella no presumía porque quería ser amiga de los vecinos del pueblo, le reñía a Paco, pero no conseguía nada porque el seguía chuleándose.
Un domingo Paco fue a la iglesia de la ciudad para ir a misa. Cuando salió vio a un hombre que pedía dinero en la puerta de la iglesia y Paco de fue sin darle nada.
Cuando volvió a su casa se quedo sentado en su sillón de hidromasaje pensando, Lucía casi no lo reconocía porque normalmente estaría jugando a la Play Tres o comprando cosas lujosas. Lucía cogió el termómetro y se lo puso pero no tenía fiebre, así que Lucía le preguntó si le pasaba algo y le dijo que no, que no le pasaba nada.
Al domingo siguiente, cuando salió de misa vio otra vez el hombre pidiendo dinero en la calle, y Paco por primera vez supo que había mucha gente que no era como el, no podía tener lo que quería y se puso en la piel de él y supo que era duro vivir así. Paco se hizo amigo de el hombre y cada domingo le daba diez euros, y ya no se presumía de los vecinos, sino que le daba el dinero cuando lo necesitaban.
Así que ya Paco y todos los vecinos se hicieron amigos y ya no se tenían que esconder. Así acabó la historia de Paco.
Al final todos fueron felices y esa noche Paco les invitó a todos y al hombre pobre que estaba en la iglesia a comer perdices.

PABLO DAZA 5º

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