viernes, 22 de octubre de 2010

UN NIÑO RESCATADO

Erase una vez un niño llamado Pablo.
Pablo era un niño pobre que tenia una ropa harapienta hecha con trapos y pieles.
El niño era huérfano y no tenia casa donde vivir y un día por la noche una pandilla de niños le rodearon y le empezaron a pegarle y dio la casualidad de que por allí pasaba el alcalde y el alcalde le preguntó a los niños:
¿que hacéis pegándole ha este pobre niño?
-los niños dijeron que estaban jugando con él pero el alcalde miró a Pablo y vio estaba lleno de arañazos y brechas.
El alcalde le echo una peazo de bronca que los niños se fueron corriendo.
El alcalde al ver a Pablo en el suelo el alcalde que era cariñoso le adoptó.
Y desde aquel día el alcalde hizo que se construyeran centros
de administración y desde aquel día no hubo más maltratos.

Juanma 5º

BUSCANDO UN ANTÍDOTO

Erase una vez un príncipe llamado César y una princesa llamada Perla.
César era alto y fuerte. Perla era guapa, mediana y un poco presumida.
Un día Perla se puso enferma. Fueron al médico y les dijo: ¡Perla está muy enferma! ¡Está enfermedad no se sabe si tiene cura! El único que lo sabe es el curandero que vive en La Isla de los Caimanes.
César se fue al barco y puso rumbo hacia la isla. Cuando llegó vio que había muchos caimanes hambrientos. Entonces, César empuñó su espada y comenzó a buscar al curandero. Durante su búsqueda despachó muchos caimanes hasta que lo encontró.
Habló con él y le preguntó si había cura para la enfermedad de Perla. Le dijo que si, y también le preguntó dónde podía encontrar el antídoto para aquella enfermedad.
El curandero le dijo que el antídoto se encontraba en La Isla del Dragón.
Aquella criatura medía cinco metros de altura y ocho metros de largo. Echaba fuego por la boca ¡¡¡ Era una auténtica bestia!!!
César cogió el barco y se dirigió a la isla. Encontró el antídoto debajo de un árbol y por mala suerte se topó con el dragón.
Sacó su espada de su vaina y mató al dragón clavándole la espada en el corazón.
Corriendo se fue al castillo donde vivía el príncipe con la princesa. Le dio el antídoto a Perla para curarla. Permaneció a su lado durante dos días enteros hasta que se recuperó.
Y… Colorín colorado este cuento de aventuras se ha acabado.

José y Juanma.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Las dos iguales y diferentes

¿Sabéis que dos personas eran iguales pero distintas? Extraño ¿Verdad? Pero esto tiene una explicación. Y os la voy a contar.
Era un día tranquilo como los demás. Todos se saludaban, todos reían, estaba claro que era un día feliz. Aunque había alguien que no se divertía tanto como los demás, puesto que esta persona vivía en la calle. Su nombre era Laura. Para ella ninguno de los perfectos días que hacían allí le gustaba, pues era pobre y lo único que podía hacer era trabajar y daba pena, una niña de tan solo seis años tirada en la calle pidiendo limosna.
No solo para Laura eran todos los días odiosos. Porque en esa misma ciudad había otra niña que era igual que Laura pero también diferente. Su nombre era Paula y todos la envidiaban, era la más rica de aquella ciudad. Pero también daba pena con todo lo que ella se podría divertir se pasaba todo los días sin que sus padres le dejaran salir.
Un día Paula estaba paseando era uno de los pocos días que podía salir. A Laura le pasó igual era uno de los pocos días que no tenía que trabajar y allí se conocieron:
-¡Hola!- Dijeron las dos a la vez.
-¿Te puedo ayudar en algo?-Dijo Paula.
- No, gracias-Dijo Laura.
-¿Quién eres? Yo soy Paula y vivo en esa mansión.
-Yo soy Laura y vivo aquí.
-¿En la calle?
-Sí.
-¿Es duro?
-Sí.
Y las dos se miraron… aparte de su nombre parecido, eran casi idénticas excepto por una pequeña cuestión, la imagen física. Eran muy diferentes pero por dentro eran iguales. Cariñosas, creativas y con una alma que estaba deseando salir al exterior. Y así se hicieron amigas para siempre. Todos los días se veían, todos los días jugaban juntas. Y todo gracias a Paula, que les pidió a sus padres que adoptaran a Laura.
Todos estuvieron contentos porque ahora Laura y Paula vivían y jugaban felices para siempre como hermanastras.

María Bazaga Ropero. 5º de primaria.

EL SOMBRERO MÁGICO

Erase una vez, en un país muy lejanos, había un niño que se llamaba Pablo, tenía 9 años, era un niño normal, con una familia normal, que iba a un colegio normal, pero tenía una cosa que no era normal, tenía un sombrero que era mágico.
Sus padres que se llamaban: María y Ricardo, le compraron el sombrero cuando cumplió los ocho años sin saber que era mágico. Pablo a el año y 4 meses de que le regalaran el sombrero se dio cuenta que había un cajoncito en el interior, y, por curiosidad lo abrió y salió un papel, Pablo lo abrió y se quedó boquiabierto, María lo vio y le dijo a Pablo:
-¿Que te pasa?
-Pablo dijo: ¡que, que, que aquí pone que este el sombrero que me regalasteis en mi cumple del año pasado es mágico!.
-¿Y tu, como lo sabes?
-Porque hoy me lo iba a poner y he visto que había un cajoncito en el interior del sombrero, al abrirlo he visto que había un papel, y al abrir el papel he visto que ponía: ``INSTRUCCIONES PARA USAR EL SOMBRERO MÁGICO´´.
La madre le dijo que siga leyendo y Pablo le hizo caso.
-1ª norma→ Poner el sombrero en la cabeza bien ajustado, Pablo se lo puso.
-2ª norma→ Coger la barita que había junto a las normas, Pablo la cogió.
-3ª norma→ Pensar en lo que quieres hacer
-4ª norma→ Decir: uno, dos, tres hallowabaré después de decir lo que quieres hacer.
Pablo se puso de acuerdo con su madre, la madre le dijo que lo podía utilizar solo para cosas buenas, y Pablo que era un niño muy bueno, le dijo que sin problemas.
Por la tarde empezó a llover y María tenía la ropa tendida y María estaba muy nerviosa porque ya se habían secado y no quería que se mojara otra vez, Pablo sin dudarlo se puso el sombrero en la cabeza, cogió la barita y dijo: ¡que la ropa tendida no se moje, uno, dos y tres hallowabaré. Al instante María se encontró toda la ropa que había tendido en sus manos, María le dio las gracia a Pablo. Ya era tarde así que cenaron y se acostaron.
Al día siguiente Pablo se guardó el sombrero y la barita en la mochila por si las moscas.
En el recreo le tocaba a cuarto fútbol, su curso. Juan su mejor amigo sin querer le dio muy fuerte al balón y se embarcó. Pablo se puso el sombrero en la cabeza, cogió la barita y dijo: que el balón vuelva a aquí, uno, dos y tres hallowabaré, el balón volvió y Juan le dio las gracias porque si no como el director del colegio, que se llamaba Antonio, era muy estricto se libró de un buen castigo.
Así acabo la historia de Pablo y su sombrero mágico, vivieron felices y comieron perdices.

PABLO DAZA. 5º

lunes, 18 de octubre de 2010

EL VAGABUNDO

Un día en la calle, un hombre con un coche negro, pasó frente a un vagabundo que pedía limosna porque no tenia dinero, el vagabundo paso frente a la ventana de aquel señor llamado Juan, Juan no quería darle limosna porque odiaba a todo el mundo, Juan, enfadado porque el vagabundo no se iba le pegó un puñetazo y lo tiro al suelo, el vagabundo le dijo que algún día se arrepentiría de haberle pegado, Juan se fue sin más.
Cuando Juan se acostó soñó que el era el vagabundo de esa misma tarde y, que el vagabundo era el conductor que no le daba limosna y que le pegó.
Juan se despertó a las 6 de la mañana, fue a la calle donde estaba el vagabundo, Juan era el dueño de una empresa muy importante y le ofreció trabajo allí, el vagabundo acepto encantado, el vagabundo le dio un millón de gracias y, al final se hicieron muy amigos.

NACHO SERRANO 5º

EL POBRE Y EL RICO

Era se una vez un niño pobre, que no tenia nada, y había un niño muy rico que vivía en España, que lo tenia todo menos amigos; su padre que era médico se tuvo que ir a donde vivía el pobre; y junto al padre, el niño y su madre.
Los niños tenían la misma edad.
Mientras el padre hacia su trabajo, el niño se aburría mucho, un día se encontró al niño buscando comida en la basura , y se imagino que era el quien buscaba en la basura.
El le pregunto:
-¿Cuantos años tienes?
-Tengo 8 años, ¿y tú?
-Yo también tengo 8 años.

Estuvieron hablando un rato hasta que se hicieron muy buenos amigos.
El rico le dio dinero, con lo que se fue a vivir a España.
Estudiaron en la misma escuela, y a vecés se quedaban adormir juntos.

MARIA MUÑOZ 5º

EL POBRE Y EL RICO

Había una vez, en pueblo llamado Cantilana, un hombre que era rico, se llamaba Paco.
Era muy presumido y todos los del pueblo se escondían de él para que no se chuleara. Un día Paco vio a Juan, un vecino del pueblo, y le dijo:
que tal Juan, ayer me compré otra tele de plasma para uno de mis ocho cuartos de baño, ¿y tu, que, sigues con la misma chatarra de hace cinco años o que? Y Juan se iba muy triste con la mirada para abajo sin decir nada.
Lucía, la mujer de Paco, cada día se enteraba de lo que le decía Paco a los demás vecinos y, como ella era rica, pero ella no presumía porque quería ser amiga de los vecinos del pueblo, le reñía a Paco, pero no conseguía nada porque el seguía chuleándose.
Un domingo Paco fue a la iglesia de la ciudad para ir a misa. Cuando salió vio a un hombre que pedía dinero en la puerta de la iglesia y Paco de fue sin darle nada.
Cuando volvió a su casa se quedo sentado en su sillón de hidromasaje pensando, Lucía casi no lo reconocía porque normalmente estaría jugando a la Play Tres o comprando cosas lujosas. Lucía cogió el termómetro y se lo puso pero no tenía fiebre, así que Lucía le preguntó si le pasaba algo y le dijo que no, que no le pasaba nada.
Al domingo siguiente, cuando salió de misa vio otra vez el hombre pidiendo dinero en la calle, y Paco por primera vez supo que había mucha gente que no era como el, no podía tener lo que quería y se puso en la piel de él y supo que era duro vivir así. Paco se hizo amigo de el hombre y cada domingo le daba diez euros, y ya no se presumía de los vecinos, sino que le daba el dinero cuando lo necesitaban.
Así que ya Paco y todos los vecinos se hicieron amigos y ya no se tenían que esconder. Así acabó la historia de Paco.
Al final todos fueron felices y esa noche Paco les invitó a todos y al hombre pobre que estaba en la iglesia a comer perdices.

PABLO DAZA 5º

El niño que ayudo a sus padres a que fueran amigos

Érase una vez un niño que se llamaba Rafael y vivía en un barrio muy rico con su amigo Federico. Los padres de estos eran muy amigos hasta que los padres de Federico dejaron de ser amigos de los padres de Rafael. Entonces Federico se lo Contó todo a Rafael. Así que Federico intento ayudar a Rafael pero no pudo. Se iban a mudar la familia de Federico. Pero en último momento Federico les dijo a sus padres que le siguieran. También hizo lo mismo con los padres de Rafael y funcionó.

Ahora a veces Rafa se va a casa de Federico o al revés. Los padres siempre quedaban para cenar. Los niños fueron adultos se casaron y tuvieron un hijo cada uno. Rafael lo llamo Federico y Federico lo llamo Rafael.

ALEX PÉREZ 5º