Erase una vez un gnomo todos los gnomos se reían de él. Se llamaba Sindo. Se reían de el por qué todos gnomos tenían un sombrero. Y él no tenía uno. Un día, cuando iba a buscar fruta se encontró con un mago y le dijo ¡qué te pasa¡Nada, ¡que no tengo sombrero¡. Le llevó a su cabaña, y le dio un sombrero y dijo: ¡gracias¡ qué puedo hacer para agradecértelo?.Y dijo el mago: me gustaría que me traigas un huevo de dragón. Fue a una cueva y se encontró un dragón. Cogió un huevo.Se fue y se lo dio al mago. El GNOMO y el mago vivieron muy felices.
Por Marina Rodríguez Núñez
Por Marina Rodríguez Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario